La tarde viste cantigas
de sentimientos amados,
de recuerdos aventados
como llanto al firmamento.
Es tan hondo lo que siento
cuando te siento, papá,
cantando la malagueña
que te oía de pequeña
en los brazos de mamá,
que aquella garganta tuya,
botando al aire sentires,
era un grito enamorado
que brotaba como fruta
de tu pecho de canario.