DÍA DE CANARIAS
El día de Canarias, para mí, empezaba desde abril casi. Los ensayos repetitivos, siempre fueron diferentes. Ya en mayo había degustación de productos canarios y explicación de la isla de origen, así como el nombre y su ubicación en el mapa de Canarias.
Quesadillas de doña Mariquilla de El Hierro, queso de almendras de la Palma, gofio amasado de la Gomera, plátanos de Tenerife, chorizo de untar de Gran Canaria, queso de cabra de Fuerteventura y melón de Lanzarote; de la Graciosa, el amor de ser la más pequeña. Con un verso pegadizo, lo vivíamos con ellos. También teníamos el día de los postres, elaborados en familia y los chinijos ayudaban.
A la mañana siguiente, había que verles la carita y cómo te contaban quién elaboró el postre y, … los niños no mienten. Con porte de emperadores o ganadoras de máster chefs, ojos mimosos, barbillas altas y risas complacientes. Esa mañana no había lágrimas.
A media mañana, subíamos al comedor a degustar los manjares. Ya sobre las tres de la tarde, venían los familiares a departir y compartir en una reunión especial. Los pequeños y pequeñas, en clase viendo películas, o en los patios jugando. El día de la actuación y la ropa típica, culminaban largas jornadas de mucho trabajo, pero el grato recuerdo siempre será.