Según la Real Academia Española la palabra carnaval tiene su etimología del italiano carnevale, haplología, es decir, unir dos palabras en una, del ant. carnelevare, de 'carne' y levare 'quitar.'
Tiene tres acepciones:
1. Los tres días que preceden al comienzo de la Cuaresma.
2. Fiesta popular que se celebra en carnaval, y que consiste en mascaradas, comparsas, bailes y otros regocijos bulliciosos.
3. En tono despectivo: Conjunto de informalidades y actuaciones engañosas que se reprochan en una reunión o en el trato de un negocio.
Fueron celebraciones paganas y con exaltación a lo prohibido. Recicladas por los cristianos como la despedida a la carne que se realizaba los días previos al Miércoles de Ceniza. Consistían en tres días de celebración a lo grande con casi todo permitido, por lo cual, y para salvaguardar el anonimato, había que taparse el rostro e ir disfrazado.
Fecha que daba comienzo a la Cuaresma. Periodo de cuarenta días, hasta el Domingo de Resurrección, que se destinaba a la abstinencia, recogimiento y al ayuno, acompañado de oraciones, penitencia y espiritualidad religiosa
En la ciudad de Santa Cruz de Tenerife, a pesar de las presiones nacionales, nunca se consiguió suprimir este carnaval como fiesta mayor del pueblo chicharrero. Considerado el segundo carnaval más popular y conocido internacionalmente, después de los de Río de Janeiro en Brasil.
Rememoro el año 1987 que, como tantos jóvenes de Tenerife, íbamos al carnaval de Santa Cruz. Y quedábamos con los amigos en el emblemático monumento del Triunfo de la Candelaria. Este Carnaval era distinto, había muchísima gente, diversión, sonrisas, música y baile en la calle, y estaba dedicado por primera vez a un tema: Roma. Y ese Martes de Carnaval actuó la cantante cubana, Celia Cruz, junto a la orquesta Billo's Caracas Boys, en el escenario de la Plaza de España. Lugar al aire libre del récord en el Libro Guinness, que concentró más de 200.000 personas bailando, disfrutando y sonriendo con estos genios de la música.
Hoy, quiero homenajear a los pueblos de Tenerife que celebraban estas fiestas con la tradicional “mascarita”, significado de apariencia distinta y con la tradicional máscara que daba miedo. Y, sobre todo, las máscaras adultas, por ser tan grandes, tan feas y desconocidas. En especial a mi otro pueblo, Buzanada, donde las niñas nos vestíamos de hombre, de viejas o de lo que las ropas de la “casa vieja”, nos sirvieran, con caretas y antifaces. Todo eran risas y alegría; nuestro objetivo, no ser reconocidas. Íbamos por las calles para llegar a nuestras casas, y contar los dineros o huevos que recibíamos tocando en las puertas y diciendo: “una perrita”. Los mayores decían: ¡Ay, ay, ay!, ¡estas mascaritas que guapas! ¿Quiénes serán?” El Martes de Carnaval nos hacíamos un disfraz temático, todas iguales, para ir por las mismas calles principales a ritmo de comparsa.
“¡Para aquellos que se quejan tanto, para aquellos que solo critican, para aquellos que usan las armas, para aquellos que nos contaminan, para aquellos que hacen la guerra…!”
En el hoy y en el ayer, proteger la vida de las personas es la máxima expresión de tradición, folklore y cultura que identifica a sus gentes con su territorio.
“La vida es un carnaval” de Celia Cruz.
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