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No, no me he vuelto loco para poner texto en latín. El párrafo anterior ni siquiera es latín, aunque se le parece. Es un Lorem Ipsum, un texto que usan los editores y diseñadores gráficos como relleno. Y no significa nada de nada, ahí está la gracia.
Lo traigo a colación porque recientemente vi la prueba de la cubierta para la antología de Tamasma Cultural, y precisamente en la contracubierta, en vez de sinopsis había un Lorem Ipsum; es evidente que el diseñador necesitaba poner un texto para ver cómo quedaba, así que echó mano del Lorem Ipsum. También se usó en la preparación de las páginas de la nueva web que contiene esta revista.
Como decía, es un texto que puede ser muy largo, generado por ordenador y que sirve de relleno en la edición. Claro que lo mismo valdría una serie de extractos del Quijote, pongamos por caso, y ciertamente existen programas que hacen eso mismo, pero el Lorem Ipsum es el más popular, pues surgió a la vez que los ordenadores personales, a partir de 1980. En aquella época apareció el PageMaker, un programa de edición muy potente y que fue usado ampliamente. El PageMaker generaba un texto en Lorem Ipsum para rellenar las páginas.
Ahora bien, ¿por qué ese texto precisamente? Para empezar, antes de los ordenadores personales, ya lo usaban algunos editores. Al hacer la composición de un libro, no siempre se dispone del texto, y ahí hace falta algo para rellenar. La ventaja del Lorem Ipsum es que no dice nada: quien intente leerlo se aburrirá enseguida, y en vez de ver el contenido se centrará en la forma, que es lo que interesa en la edición. A lo mejor, si pone de relleno un texto del Quijote, lo encuentra divertido o interesante y pierde el tiempo leyéndolo. Señores, que el libro se leerá cuando esté hecho, no antes…
Otra curiosidad del Lorem Ipsum es que sus palabras son más o menos del tamaño de las que se usan en inglés. Por eso fue elegido por el PageMaker, supongo; por si no se han dado cuenta, ese programa se creó en inglés, para la gente de habla inglesa. Luego surgieron las traducciones y adaptaciones a otras lenguas, por supuesto. Como casi todo en el desarrollo de la informática.
Como ya dije, el Lorem Ipsum ya existía antes de 1980. Antes de eso, en 1960, había plantillas adhesivas con textos de Lorem Ipsum, así que debemos retroceder aún más en el tiempo.
De hecho, su uso parece remontarse casi a los primeros tiempos de la imprenta. A principios del siglo 16 ya había tipografistas que lo usaban. Claro está que su uso no estaba muy extendido, pues solo a partir de 1980 se popularizó.
¿Y de dónde procede ese texto? Parece latín, ¿no? Pero cualquiera que realmente conozca esa lengua se dará cuenta enseguida de que son solo palabras sueltas sin sentido.
Al parecer, el texto de donde procede sí es latín. El autor es Marco Tulio Cicerón, «De finibus buenorum et malorum», año 45 aC. El pasaje 1.10.32 empieza así:
«Neque porro quisquam est qui dolorem ipsum quia dolor sit amet, consectetur, adipisci velit».
El texto en negrita es el inicio del Lorem Ipsum. Se puede apreciar que algunas palabras han sido cortadas, para que así pierdan todo sentido.
Finalmente, imagino que pronto el Lorem Ipsum será innecesario; bastará con pedir a una inteligencia artificial que genere un texto carente de significado. De hecho, ya lo hacen…
© Félix Díaz