En el año 1861, nacía en Candelaria María Ciriaca, hija de Salvador Delgado Navarro que ejercía el oficio de zapatero, y de Prudencia Navarro Albertos, que tuvieron que pedir dispensa al obispo para poder casarse en la Parroquia de Santa Ana en 1859. Fueron testigos de dicho enlace Fernando y Luis Navarro y Nicolás de Torres todos naturales y vecinos de Candelaria, al igual que los contrayentes.
Los tíos por parte de su padre Salvador se llamaban Fernando Juan de Sales, que nació en 1818, Juan Antonio en 1836, y María que nació en 1838 casando con Guillermo de Torres Castellano y falleció el 12/03/1888.
Los tíos por parte de su madre Prudencia fueron: Segundo Juan, que nació en 1836, Félix en 1837 y Eugenia en 1848.
El árbol genealógico más cercano de María Ciriaca es el siguiente:
Los tatarabuelos paternos de María Ciriaca eran de la Vega de San Mateo y de Santa Brígida en la Isla de Gran Canaria, sus nombres José Navarro y Josefa Ortega.
Tuvo un hermano llamado Fernando Odón que nació en 1867, pero debió morir joven, ya que no se han encontrado más registros suyos y en la defunción de su padre Salvador no le mencionan. En estos casos, dejamos pendiente poder añadir más información al respecto.
Matrimonio
Se casó a la edad de 28 años con Gregorio Leandro Rodríguez Sabina, que nació en Candelaria en 1867, en la parroquia de Santa Ana el 22 de febrero de 1889. Su esposo era conocido por Juan Rosita.
El matrimonio se separó por un período de tiempo, cuando Gregorio Leandro embarcó hacia la isla de Cuba en Las Américas, antes había vendido el patrimonio familiar, incluida la dote de su esposa para poder viajar a la isla caribeña. El comprador y, por tanto, quien le ayudó a la aventura americana no fue otro que su suegro. Salvador adquiere las fincas y casas de su yerno. María Ciriaca se queda en Candelaria con sus hijos, mientras el esposo marcha.
Cuando finaliza la aventura en Cuba, Gregorio Leandro regresa y administra de nuevo el patrimonio que está a nombre de su suegro, hasta que éste fallece en el año 1898 dejando como única heredera a su hija.
Hijos
El matrimonio Rodríguez Delgado tuvo seis hijos, bautizados todos en la parroquia de Santa Ana:
Trino (1901-1970) concejal del Ayuntamiento de Candelaria en el año 1936, vivió en la misma casa del Marrubial en Santa Ana, donde sus abuelos. Allí nacieron y se criaron sus hijos. Como curiosidad, en el año 1967 nació entre sus paredes la última Rodríguez.
Gregorio, que fue alcalde en un período del año 1930, casó con Nieves Remus con quien tuvo descendencia Rodríguez Remus.
Nicolasa, casada con Vicente Nóbrega Rodríguez. Tuvieron como hijos a Vicente, Ofelia y Micaela.
Julio casó en primeras nupcias con Evarista, que tuvieron a una única hija llamada Salvia, y en segundas nupcias con Luisa con quien procreó a Salvador, Benjamín y Nelson.
María Ciriaca murió en Candelaria el 12 de noviembre de 1926, por un coma diabético según consta en su certificado de defunción. Fue enterrada en el cementerio de dicha localidad.
María Ciriaca contribuyó, sin ella saberlo, a la historia del pueblo de Candelaria, participando en la vida social y económica del momento que le tocó vivir, mujer, hija única, con su marido en Las Américas, con hijos a su cargo y con un patrimonio que debía gestionar sin ser su titular, ya que era su padre y su esposo los que aparecían en cuantas transacciones ocurrían. La genética física nos lleva a mujeres de cara redonda, ojos grandes oscuros, lunares reconocibles y cuerpos menudos. La otra herencia, que no se ve, son mujeres trabajadoras, fuertes, decididas y luchadoras.
Si reconocemos alguna de nuestras abuelas así, contemos su historia, hablemos de sus manos amorosas, de sus cuentos, de sus halagos, hasta de su mal genio, pero hablemos, contemos a nuestros hijos y nietos quiénes y cómo eran nuestras abuelas y bisabuelas. Solo así les haremos justicia a su vivencia, recuerdo y por qué no, también a lo que reconocemos de ellas en nosotros.
© Toñi Alonso