Se llevarían las manos a la cabeza los padres y madres de hoy en día si supieran de algunos de los remedios caseros que nos aplicaban a los niños en los años 60/70.
Del mundo del Dalsy y el Apiretal, de los bífidos, las alergias y tantas cosas que se tienen en cuenta hoy en día en el cuidado de los niños, demos un salto mortal hasta llegar a 50 años atrás. Medio siglo. Veamos.
La Manzanilla era la reina de los remedios. Nada de asépticas bolsitas alineadas en caja, sino la olorosa flor de manzanilla, guardada en algún bote.
Se hervía en un cazo, se colaba y ya lo mismo valía para calmar un estómago empachado que para lavar un mañanero ojo legañoso.
Hasta tenía uso cosmético. Decían que la infusión de manzanilla daba brillo y aclaraba el pelo. Yo mantuve esta creencia mucho tiempo. Siendo ya veinteañera, cuando le lavaba la cabeza al rubio de mi hermano en el último aclarado le aplicaba la dichosa manzanilla.
El Alcohol, o mejor dicho las bebidas alcohólicas, aunque hoy nos parezca increíble. Por ejemplo, si te dolían las muelas, que solían doler y mucho, no te llevaban al dentista, sino que empapaban una guata en coñac y te la colocaban en la muela dolorida y a otra cosa mariposa.
Cuando estabas un poco debilucha después de unas anginas, por ejemplo, decían que perdías el apetito. Yo en mi caso dudo de que alguna vez perdiera el apetito. Daba igual, me endosaban todos los mediodías un vasito de Quina para que comiera con más ganas. ¡Increíble! La Quina San Clemente o Santa Catalina la guardaba mi madre en su armario.
También el vasito de vino Sansón, con la yema de huevo batida con azúcar, en ayunas, decían que era para la falta de hierro y para que nos diera fortaleza…
Aún hoy me pregunto cómo tenemos hígado con tanto alcohol en nuestra niñez.
Seguimos con el alcohol. Ya más mayorcita cuando volvías del cole destemplada por el dolor de las primeras reglas y con unos cólicos de muerte, te daban una copita de "mezturado" ¡Glup! Algo aliviaba, pero la cogorza no te la quitaba nadie. Luego ya me enteré de que el "mezturado" era vasodilatador, jajajaja.
Lo que verdaderamente nos alivió a las chicas de los cólicos, fue la llegada de las Saldevas y ya nos olvidamos de la ginebra hasta que llegamos a los «cubatas».
Papas crudas para las quemaduras.
Agua con sal, casi hirviendo, en un cacharro en el que metías el dedo si tenías un padrastro.
Yo creo que en la Farmacia solo compraban los famosos Optalidones, que luego se prohibieron, (menos mal, ya que las cogorzas eran tremendas) y las aspirinas con cafeína, que también se prohibieron y cómo no el Vicks Vaporub con el que te daban buenas frotadas en el pecho.
Nivea de lata azúl era la única crema en el campo de la cosmética. Bien aplicada, antes de que te diera el sol y así quedabas preparada para que no te salieran los "empeines".
¿Factores de protección? Pero bueno… ¿Qué me cuentas?
Linimento de olor insoportable e inolvidable (creo que aún hoy lo sigo oliendo) para el padre si tenia lumbago o a los chicos si tenían algún raspón.
La llave de hierro o el medio duro con su frío helador aplicados sobre los orzuelos. Yo no tuve muchos orzuelos, algunos amiguitos si los tenían a menudo, entonces les aplicaban mucha llave, mucho medio duro y mucha agua de manzanilla.
Por supuesto nos llevaban al médico, que no al pediatra, y en sus manos quedaba el recetarnos los odiados supositorios y las inyecciones de penicilina.
Yo veía a mi madre con el supositorio en la mano y echaba a correr como una loca.
Al dentista también íbamos a que nos sacara la muela que habían emborrachado con coñac o con un poquito de aspirina dentro, en el hueco de la misma, para calmar el dolor.
No pasaba lo mismo con los dientes de leche, antes te amarraban un cordón fino al diente y al mismo tiempo a la manecilla de la puerta y tiraban, así nos quitaban antes los dientes nuestras madres.
Hoy hasta que no tomas el antibiótico no te pueden sacar la muela.
A pesar de todo y gracias a alguno de estos remedios, pudimos salir adelante y aquí andamos.
Cuando nos querían dar un premio por habernos dejado poner el supositorio, o la inyección o el unte del Vaporub, no nos compraban un huevo Kinder, que no se habían inventado, claro, nos daban «sopitas de leche y pan de la víspera». ¡Qué buenas!
Les dejo por aquí el mejor remedio que saben aplicar todos los padres, los de ayer y los de hoy cuando eres niño y algo te duele y es el siguiente:
«Sana sana, culito de rana, si no se te cura hoy, se te curará mañana».
Vocabulario poco usado hoy: empacho, guata,padrastro, supositorio, unte, legañoso….