Día de San Juan, Islas Canarias
LUCES EN EL MAR
Vi fuegos en el mar. Soñaba, y en mi sueño mirando al horizonte observaba lo que parecía
una puerta de luz, y me preguntaba si la luz bajaba del cielo o subía desde el mar.
Abrí los ojos y desde mi lecho puse atención al canto, quería saber lo que decían, si rezaban o
bailaban y le pregunté a mi madre que quienes cantaban.
Madre con su voz hecha un susurro, pues era de madrugada y no quería despertar a mi
abuela, me explicó: -Hoy es día de San Juan y las gentes se levantan muy temprano y van a
cantarle al santo, hacen una hoguera en la orilla de la playa y allí permanecen hasta el
amanecer.
Mientras escuchaba que iban pasando los cantadores, imaginando su paso lento y ceremonial,
pensaba que la luz del sol opacaría la luz de las pequeñas hogueras cuando se hiciera de día.
Madre con su voz hecha un susurro seguía explicándome: -Algunas gentes llevan sus
animales y les echan un baño en el mar para que el santo los proteja y los bendiga.
Y mientras escuchaba las letanías cantadas, dibujé para mí a las pequeñas hogueras sobre la
arena luchando por no dejarse apagar por las olas del mar, echando chispas al vuelo y
alargando llamaradas para espantar las sombras de la noche. Seguro que los que cantan no las
dejarán apagar, pensaba mientras recordaba mi sueño.
Mi abuela también con su voz hecha un susurro dijo: -En mis tiempos, en la víspera de San
Juan poníamos un recipiente con agua y pétalos de rosas al rocío de la noche y al amanecer,
con esa agua nos lavábamos la cara para que se nos conservara el rostro terso.
Y mientras me vencía el sueño y los cantos se oían lejos y las voces hechas susurros seguían
explicando, me dormí pensando en las pequeñas hogueras que a lo largo de la orilla del mar
se verían como las luces que vi en mi sueño.
© María de la Luz