DESIERTO
Me duele este desierto que vertiginosamente avanza,
cambiando el paisaje verde de mi niñez
por toneladas de tierra reseca que se pegan a la garganta,
y hacen enmudecer el habla.
Me duele ver que nadie planta una mata,
y las que quedan se van secando,
convertidas en esqueletos resecos,
que se amontonan en las laderas de los barrancos.
El alma se me encoge ante tanta aridez,
el sol aplasta los sentidos, que claman agua.
Nada existe más importante para Canarias que replantar,
volver a hacerla verde y fértil.
Nada más importante que pueda acabar con el hambre
que sembrar cultivos y campos,
que de la mano cariñosa del campesino
nos da el alimento necesario,
que atraerá el agua de la vida, que tanto necesitamos.
Hermanos, que no haya un trozo de tierra sin plantar
ni regar, así sea con nuestras propias lágrimas.
Acabemos con este desierto que nos engarrota el alma.
TAMBORES DE GUERRA
El tiempo se tornó frio y gris
y las sombras de mi alma se durmieron
alterando los silencios con suspiros
y los sollozos con ráfagas de miedo.
Qué más da que tú no quieras
si la vida te lleva y no protestas.
Tambores resuenan, sonidos de guerra
¡ton tonromtonton!
Vienen por ti, ellos,
aquellos, los otros…
¡Ton tonromtonton!
Miré aterrada buscando refugio,
encontrándome perdida en la niebla,
cerré los ojos, apreté los puños,
aceleré el paso, seguí mi rumbo.
Lo viví, lo sentí, lo sufrí,
la metralla en la carne,
los olores de sangre y rabia,
batallas perdidas, almas castradas.
Se repite la historia,
se busca al “canalla”.
Algunos culpables,
otros sin causas.
Así son las luchas libertarias,
siempre las mismas palabras
que repites y repites,
aunque no sepas nada.
¡La culpa es tuya, de ustedes,
de los otros!
¿acaso nunca de nosotros?
Los tambores siguen su canto,
¡ton tonromtonton!
¿Los escuchas?
¡Ton tonromtonton!
Avisan de nuevas guerras.
¡Ton tonromtonton!
¡Ton tonromtonton!
UNA VEZ MÁS
Sería tan hermoso amarnos una vez más.
Los días, los meses y los años no pudieron borrar la magia de lo vivido.
Quizás el olvido nubló el pensamiento, lo adormeció, pero no logró borrar lo que un día prometimos hacer realidad. Está ahí esperando un nuevo encuentro, listo a estallar y abrazarnos con su fuego.
El ayer se hace presente y renace cada sentimiento, así como después de la noche llega el amanecer.
Nos amaremos una vez más, no importa qué historias hallamos vivido, ni qué lazos nos aten, olvidemos todo, no escuchemos a la conciencia, ni pidamos permiso a la razón.
Hay momentos mágicos, tiernos, fascinantes, enloquecedores, momentos que se esperan toda una vida y cuando llegan no podemos permitirnos dejarlos pasar.
Dale a tu corazón un motivo más para seguir palpitando, deja a tu alma desfallecer de felicidad, vive el romance que se quedó colgado a una estrella y amémonos una vez más, para que nada ni nadie nos puede quitar la dicha de sentir que el amor es más hermoso que lo que cuentan en sus versos los poetas.
ÚNICAMENTE SE ES NOCHE
Hasta hace bien poco me faltaban ojos para desnudarte con la mirada.
Hasta hace bien poco no tenía paciencia, para con tranquilidad desvestir tu cuerpo.
Hasta hace bien poco tus cabellos eran el mejor lugar del mundo donde hombre alguno pudiera perderse.
¿Qué ha pasado entre aquel ayer, y este anodino presente?
¡No es que haya cambiado tu cuerpo por el trascurrir sinuoso de los recuerdos!
¡No! No ha sido ese el mar donde se han extraviado mis deseos.
¡Tal vez me haya perdido en ese aguardar las respuestas a cada sonrisa enviada anhelando tus complicidades!
¿Te podré en esta tarde noche acariciar con mis labios tus labios?
¿Acaso tendré que hablarme con la inteligencia artificial en eso de hallar el mejor de los corta y pega?
¡Querer quisiera del ayer, las mismas locuras que nos llevó a amarnos!
¡Querer quisiera del hoy, la compleja actitud de quienes lo comparten todo!
La noche se adentra en la estancia donde nos hacemos presente;
y pacientemente seguiré aguardando el sonido de los pasos que indique se ha desconectado el wifi,
y la madrugada, transforme la noche en un nuevo día.
6
Para llamar las cosas por su nombre debo explicarlo
y no encuentro cómo.
Explicar es digerir las huellas del olvido
y no soy Ulises taponando los oídos sin discernir entre incienso y cerrojos.
Me enfrento a los presagios que únicamente conocen los elegidos,
he barajado escaramuzas y no pocos intentos
para verme frente a este espejo donde solo me alcanzo.
Guardé durante todos estos años mi supuesta necesidad
y toca poner al desnudo el cariz de mis vetustos papeles.
Mi padre se rompía las manos
para que yo fuera un hombre adherido a un credo igual a todos,
y ya ven siempre andamos a medias.
Todos los dioses tienen un hijo bastardo,
soy ese, sin dios,
el impuro que juega con palabras hasta el cansancio.
No tengo más que ser el testigo de otro reino
y después del par de copas asignadas estar vivo cuando muera.
De: EL LUGAR DONDE NO SE DEBE VOLVER,
en PARALELAS CONVERGENTES (2021)
LA HISTORIA DE LAS HORMIGAS
Esta es la historia de un grupo de hormigas
que daban su vida y daban su sangre
por buscar comida para alimentar a la reina madre.
ESTRIBILLO
Las negras, las rojas, las grandes, las chicas,
todas calladitas cargando las hojas y algunas miguitas.
Más pronto que tarde todas trabajaban,
todas se exprimían, ninguna soñaba,
ninguna reía, ninguna pensaba,
tan solo avanzaban siguiendo la fila.
ESTRIBILLO
Alguien les tendrá que decir que se puede salir de la fila,
y que pueden comerse las migas, y hasta pueden irse a dormir.
Que se puede vivir sin producir para la reina,
que se puede vivir sin competir para la reina,
que se puede vivir sin dejarse la piel para la reina.
Que hay otras maneras de vivir aunque no quiera la reina,
que hay otras maneras de vivir, qué agarrado a la materia,
que hay otra manera de vivir de una forma menos seria,
que hay otra manera de vivir, que lo compre quien lo entienda.
HOMBRE
Mujer, me dices mujer como decir tierra, lluvia, sol, arena, mar.
Tomas mis senos como si al tomarlos con tus manos se desarmaran.
Muerdes, sometes mi cintura.
Te crees mártir entre las piernas que abrazan la hombría que tanto profesas.
Erguido, miras el lamento de la piel al despertar mis poros.
Destilas sudor, tus músculos me hacen ver indefensa.
Caigo sobre las sabanas, esclava de tu olor.
Sabes a hierro, cobre.
Salado como el mar
entre las dulces caricias que dibujan mi nombre cada noche de viernes.
¡Y me llamas mujer!
¡Y renazco de la tierra húmeda por la lluvia!
Tan cerca de la arena, entre la espuma.
Con mis senos al desnudo entre tus labios.
¡Y me llamas mujer!
Y me vuelvo... ¡Mar!