Hoy me han regalado unos aguacates; la semana pasada, fueron unos limones. Hace casi dos años, me brindaron la oportunidad de publicar en la revista digital Tamasma Cultural. Desde entonces, he escrito un artículo mensual fielmente desde mi balcón.
Todas estas pequeñas acciones demuestran que los pequeños detalles son lo más importante. Estos regalos, desde los aguacates hasta publicar en esta revista, pasando por los limones, representan algo más que lo exclusivamente material. Son un vínculo con la tierra, con el pueblo. Representan una muestra de agradecimiento mutuo entre quien los da y quien los recibe. Son productos que te unen a una tierra, la canaria, y a su cultura, y merecen nuestro respeto.
Productos que provienen de pequeños agricultores, acosados por los macro inversores, o puentes literarios creados por amantes de la cultura de base; ninguneados todos por ignorantes burócratas que manipulan con su demagogia populista.
Estos pequeños grandes detalles muestran lo que realmente importa de la vida: ese cúmulo de diminutos instantes que acompañan a cada uno de ellos. Desde la carcajada espontánea, el chiste malo, la foto no posada que te recuerda la parranda de un día concreto, o compartir un rato alrededor de unas arepas en grupo. Todo ello es el antídoto frente al consumismo exacerbado, ese enorme hueco sin fondo que parece no tener límites, una aburrida planicie sin horizonte que mete más ruido que los carnavales de Río de Janeiro y Santa Cruz de Tenerife, juntos.
Con este artículo, entro en un paréntesis de publicaciones en Tamasma Cultural para aceptar otro pequeño gran regalo. Ya desde el mes pasado he empezado a publicar un artículo mensual en Canarias Literaria: Revista de la Asociación Cultural Canaria de Escritores/as.
Muchísimas gracias a todos mis lectores y lectoras, y, desde aquí, quiero expresar mi más sincero reconocimiento a estos minúsculos instantes que, afortunadamente, todos vivimos y que causan un tsunami de emociones gigantescas: lo pequeño es hermoso.
Si les gustó, aquí pueden leer el artículo del mes pasado: Ombligos-marutos