Seguimos en el conocimiento de la ecologíacon esta novena entrega, donde poesía y ecología van de la mano. Afirmando con el lema de ADOC QUE: El momento de hacer lo correcto, y de ser agradables y felices, ¡ha llegado!, así que, hagamos que suceda ¡¡¡AHORA!!!
¡GRACIAS POR ESTAR QUERIDOS LECTORES!
AYUDAS EN EL CONTROL DE ENFERMEDADES Y PLAGAS
Un gran número de enfermedades se propagan por vectores. El estudio de la ecología ofrece al mundo nuevas formas de entender cómo se comportan las plagas y los vectores, equipando así a los seres humanos con conocimientos y técnicas sobre cómo manejar plagas y enfermedades.
Por ejemplo, la malaria, que es una de las principales enfermedades mortales, se propaga a través del mosquito hembra Anopheles. En un intento por controlar la malaria, los seres humanos deben entender primero cómo interactúa el insecto con su entorno en términos de competencia, sexo y preferencias de reproducción. Lo mismo se aplica a otras enfermedades y plagas. Al comprender los ciclos de vida y los métodos preferidos de propagación de diferentes organismos en el ecosistema, ha creado formas impresionantes de controlar las medidas de los dispositivos.
Acompañamos esta entrega con el siguiente poema del poemario DRACOYMAR
LAS MULTINACIONALES
Las acólitas del “sistema”: fieras engreídas
que observan codiciosas a los pequeños seres humanos
que pululan por los campos y las ciudades.
Nadie les advierte, están solos,
mientras se cierne sobre ellos “La Bestia del Poder”.
Ninguno está a salvo de su ponzoña en su casa,
desvalidos y en peligro viven,
junto a un miedo encubierto
que es consciente de su dominio sobre ellos.
Así, con la facilidad de tener a las personitas semidormidas,
las enferma y les promete salud,
las defiende sobre una amenaza inminente con vacunas,
y les da a respirar un aire contaminado,
les miente convincente y les impone su “verdad”.
Todo ello, reptando por los cerebros
de las increíbles y maravillosas personitas
que, a pesar de todo, sobreviven confiadas.
En ese reptar, las acólitas fieras engreídas del poder
van amontonando sus excrementos
por las latitudes y longitudes de las anónimas vidas.