Te vistes de máscara, de máscara como si la noche ocultará dos corazones ansiosos de encontrarse entre risas, música y baile.
Un baile que no estaba previsto y que te acerca sin miedo.
Con la valentía que da un disfraz.
Jugando a ser otras personas, otra realidad se esconde y se torna más feliz. Quizás la que siempre añoramos y nunca nos atrevimos.
En ese instante en el que se crean nuevos recuerdos, que las luces camuflan en mágicos destellos.
Destellos que se saludan entre sombras y se despiden con un "hasta luego".
De regreso a casa, ya sin máscara, de vuelta a la realidad, quedando atrás la fantasía de lo que pudo ser y no fue.
Esperando encontrarse de nuevo.