¡Santa Catalina finish! (Rosa Galdona)

“¡Santa Catalina finish!” voceó el guagüero aquel tan simpático que nos llevó a Las Palmas, anunciado el final del trayecto. La troupe llegó a Gando con la vejiga llena y el estómago vaciado, como enjuagado en agua y chocolate Tirma. Así que salimos desatinados a coger la guaga pa’ la “capitá”.

El viaje fue ameno, la verdad. Cantaba aquel hombre a pleno pulmón sustituyendo al timbre del bus con gritos como “siguiente parada, Teatro, después no digan que no avisé”, o “Náutico-Alcarabaneras, pero con K”. Aquel conductor tenía un buen día y nosotros, tras el escepticismo inicial acerca de que aquel ser tan alegre fuese real, nos relajamos y disfrutamos del paseo hasta la última estación del trayecto, que coincidía con nuestro destino: el parque de Santa Catalina, en pleno corazón de Las Palmas.

Apeados del bus nos dirigimos al hotel, a hacer el checkin para después almorzar. Buscamos con todos los ojos que teníamos y la urgencia del hambre un sitio cerquita. Nos metimos en una arepera que anunciaba carne fiesta… ¿carne fiesta aquíííí? Pues sí. Y estaba riquísima. La explicación era que la dueña del bar era de Tenerife. ¡Así, sí! ¡Y la cocinera también era chicharrera! Y nos cobraron barato, ¡no, qué va! Luego hubo consenso sobre hacer siestita deprisita y más tarde a la presentación.

La escritora vestía de largo su libro en la Orden del Cachorro. Aquello estaba lleno de cachorros y cachorrúas, daba miedo, tú. Pero todo salió bien. Y la comida, pa’ mojar pan. Las carajacas fueron un descubrimiento apoteósico, he de confesar. Lo mojamos todo con vino del país y con los chistes de Lantigua, tan ingenioso como siempre. “¡Eso es talento!” Le gritaron mientras recitaba a Luisa, así que leyó más despacio, el hombre…

El día siguiente amaneció espectacular. El cielo lucía azul pese a la calima que nos comía el alma y nos resecaba las narices. El paseo de Las Canteras fue el escenario de fotos, caminatas kilométricas y sobredosis de vitamina D que todos menos la escritora disfrutamos. La artista del grupo no quería caminar más, solo quería comer, así que cansados de oírla llorar le pusimos el mejor Biberón de Las Palmas, el de la Calle Westerling.
Allí nos sentamos con la ilusión de que Luisa comiera a gusto y se le pasara la perrera. Y lo conseguimos. El camarero nos cantó las cuarenta en copas, nos sirvió todo lo que le pedimos (que no fue poco) y lo más importante, le puso a la escritora una bandeja de croquetas sin gluten que casi le saltan los ojos de las cuencas, y que la hicieron exclamar de emoción al verlas: “¿son todas pa’ mí?”. Y sí. Eran todas pa’ ella. Y pa’ nosotros, ropa vieja, longorones, ensaladilla… buff… una jartada en toda regla. Y casi nos sale gratis, encima, porque al pedir la cuenta, aquel muchachito, que era hermano de una celíaca y que trabajaba para un señor con una hija alérgica al gluten (coincidencias de la vida), nos espetó: “¿la cuenta?, ¡échense a correr”! ¡Mi niño! Era la alegría de la huerta el muchachito, hasta una foto se sacó con nosotros. Eso sí, menos mal que insistimos en pagar, porque parece que era una broma y nos hubiera caído atrás con un bate de béisbol…

Tras otra siestita bien disfrutada, llegó la hora de subir a Arucas, donde celebraríamos la segunda y última presentación del grupo. Pedimos un taxi para seis y puntualmente acudió al hotel. Todos nos abalanzamos a ponernos cómodos en los asientos traseros menos Luisa, que como no llevaba dinero en metálico se vio obligada a sentarse delante y a quedar a cenar con el taxista (menos mal que conseguimos que se quedara a comer con nosotros tras la presentación y le dio plantón al señor). La hubiéramos echado de menos. Además, uno nunca sabe, estos canariones, si están sin vacunar del Chicharro, no sabemos de qué son capaces… Así que comimos más cosas, si cabe, que al mediodía, con un fabuloso Ramón Bilbao que regó las copas de todos los comensales (hasta el pantalón vaquero del cantautor bebió, aunque él no dijo ni “mú”, porque es más educado…).

Y volvimos al hotel. Otro taxi de seis plazas -que no trabajaba ese día-, pero que apareció por ser nosotros, nos devolvió al lugar de descanso. Y allí sucedió algo que nadie imagina, pero que aquí dejaremos constatado debido a su trascendencia: Emma aprendió a hacer un bizum. Así, a corazón abierto. Bueno, no consumó aquella noche por un error de conexión (nótese la ironía), pero al día siguiente, ya en el aeropuerto de vuelta a casa, sí. ¡Momentazo, chiquilla! Desde aquello, Emma es otra mujer, más segura de sí misma, incluso de su outfit (le queda pendiente llevar la gabardina al tinte, solamente). Ay Emma, glamour hasta durmiendo… te queremos.

Y bueno, como no nos sacamos la lotería porque no teníamos edad para comprarle al lotero de Gando, decidí proponerle al grupo prepararnos un disfraz de carnaval vestidos todos de décimos de la Once, a ver si le salen premiados a Candelaria, que siempre se queda “rascada”.

Mi idea era salir con ellos de parranda el martes de carnaval, después de la tertulia, pero no pudo ser porque no tuvimos reunión por culpa de los Carnavales… (mi cabeza…) Iba a venir incluso el hada madrina de Carlos, que había pedido unos días de asuntos propios de manera excepcional para ir a la Gala Drag con nosotros. Pero todo quedó en nada. Ella, de todas maneras, hablando conmigo por teléfono, me pide que les dé un abrazo a todos, en especial a su descarriado chaval, el más chico de los Chico. Pues eso es todo, amigos. Espero que hayan enterrado bien a la sardina, porque ya no queda pescao ninguno que vender.

Que la cuaresma les sea leve. ¡Hasta la próxima!

LETRAS CANARIAS

Paletas y pinceles

Tertulia Tamasma

Desde mi balcón - JOSE LUIS REGOJO

Bailes tradicionales canarios - LUISA CHICO

Miscelánea tradicional - MOISÉS RODRÍGUEZ

Viajando por los versos - ROSA GALDONA

Palabras del alma - BALBINA RIVERO

FRASES Y REFLEXIONES PARA AYER, HOY Y MAÑANA - ALBERTINE DE ORLEANS

Amanece, que no es poco - ANGIE HERNÁNDEZ

Sección infantil: Arcoiris de cuentos - TANIA RAMOS

Gotitas de agua - JOSÉ ACOSTA

La voz de Arico - MARÍA GARCÍA

Memorias con historia - GLORIA LÓPEZ

Lengua viva - PABLO MARTÍN LÓPEZ

Mi cuaderno de danzas - ISA HERNÁNDEZ

Amar el amor - LANGE AGUIAR

El legado de los abuelos - TOÑI ALONSO

Hablando de amigos… - LUIS ALBERTO SERRANO

La magia del teatro - INA MOLINA

Las retahilas de Candi - CÁNDIDA MEDINA

Contando canciones - MATALE AROZENA

Epistolar - INMA FLORES

Piélago - ALEXIS GARCÍA

Artdeser - ESTEBAN RODRÍGUEZ

Novedades literarias

Fuente de poetas