El origen más remoto del teatro puede hallarse en antiguos ritos prehistóricos, concretamente en rituales mágicos relacionados con la caza o la recolección agrícola. Más tarde se añadiría música y danza, convirtiéndose en ceremonias dramáticas para rendir culto a los dioses. Esta forma de manifestación sagrada es un factor común en todas las civilizaciones.
El hombre empezaba a ser consciente de la importancia de la comunicación en las relaciones humanas.
Así pues vemos que la representación teatral es una de las formas de expresión artística más antiguas de la humanidad que se ha usado para rezar a las divinidades, recordar el pasado de la comunidad y sus ritos, y para educar a los jóvenes de su grupo social.
El género dramático más propiamente dicho tuvo sus orígenes en la antigüedad griega, específicamente en Atenas en el culto a Dionisos (Fiestas dionisias), dios del vino y de la alegría, cuyas celebraciones consistían en el canto de himnos corales (ditirambos) y, posteriormente, la representación de escenas mitológicas. Estas fiestas duraban cuatro días y empleaban estructuras de madera con divisiones para la orquesta, el público y el escenario, alrededor de la estatua de Dionisos.
A lo largo del siglo V y IV a. C. el teatro griego floreció y se independizó del culto religioso. Sin embargo, continuó siendo un mecanismo de la sociedad griega para educar a sus jóvenes en la religión, la mitología y los valores cívicos clásicos. Llegó pues, a ser parte fundamental de la educación ciudadana griega.
Sus grandes dramaturgos fueron Thespis (c. 550-500 a. C.), Esquilo (c. 526-c.455 a. C.), Sófocles (496-406 a. C.) Eurípides (c. 484-406 a. C., y Aristófanes (444-385 a. C.), autores que se inspiraron en personajes y anécdotas de su tradición religiosa, dejando el legado de una ingente obra que, en gran medida, sobrevive en nuestros días.
Demuestra la importancia de las manifestaciones teatrales para la sociedad griega del momento el hecho de que el propio filósofo Aristóteles (384-322 a. C.) se inspirara en ellas para escribir el primer tratado sobre el arte dramático de la historia de la humanidad: la Poética de 335 a. C.
Los géneros que se desarrollaban preferentemente en Grecia eran la tragedia (historias de mitología y religión griegas) y la comedia (personalidades y aspectos de la cultura griegas, de los que se burlaban). Siempre actuaban actores y un coro. En el caso de la comedia vestían ropajes extravagantes.
Como parte del espectáculo se incluían canciones, danzas ejecutadas con máscaras (denominadas prósopon) y sacrificios de cabras.
Todos los teatros estaban al aire libre. Arquitectónicamente constan de tres elementos centrales: la orchesta (donde se ubicaban los coros: los encargados de narrar o guiar las acciones a través del canto), la skené (una plataforma elevada donde se desempeñaban los actores) y el koilon (las gradas).
Al principio estos espectáculos eran gratuitos, pero luego comenzaron a ser pagados por cantidades no muy altas a través de boletos (entradas) y a aquellos que no podían pagar se le obsequiaba con pases de cortesía. A los actores les pagaba el Estado.
Los antiguos griegos expresaban su aprobación al ver una obra de teatro vitoreando y aplaudiendo. La mayoría de los teatros tenía capacidad para unas 18.000 personas. las personas más importantes se sentaban en sillones de piedra especiales.
Los personajes que más se representaban eran los dioses y los héroes, seres superiores al género humano, por lo que los actores utilizaban coturnos (zapatos con suela muy alta), inmensos peinados y máscaras, hechas de tela endurecida. Así, en escena, adquirían una presencia agigantada, que sobrepasaba al hombre común y corriente. En la boca de la máscara colocaban una especie de megáfono, que le proporcionaba al actor una magnífica voz, y de este modo era escuchado en todo el teatro. Estas máscaras eran ricas en simbolismo y sirvieron para variedad de funciones, desde representar diferentes emociones hasta señalar el estado social de un personaje
Habían de diferentes tipos:
1. Máscaras trágicas: se usaban en obras de teatro que trataban temas serios y a menudo sombríos, como la muerte, la traición y la venganza. Las expresiones en estas máscaras eran típicamente exageradas, con ojos grandes y abiertos y bocas abiertas (personajes que sufrían).
2. Máscaras cómicas: se usaban en obras de teatro que estaban destinadas a ser humorísticas o alegres, con ojos y bocas más pequeños que transmitían una sensación de alegría (personajes tontos o torpes, como los sirvientes).
3. Máscaras de sátires: se usaban en obras que tenían un tono más erótico, con narices y orejas grandes, y a menudo estaban acompañadas de disfraces animales (personajes que eran sexualmente promiscuos o indulgentes).
4. Máscaras de coro: diseñadas para representar a diferentes grupos, como soldados o gente del pueblo. Estas máscaras a menudo tenían expresiones neutrales y se usaban para señalar cambios en el tono o el estado de ánimo.
En el teatro griego no actuaban mujeres; los hombres interpretaban a las mujeres.
(continuará)