La poesía es el arte de tejer con las palabras
los sentimientos que salen de lo profundo del alma.
Van cocidas, letra a letra,
ilusiones, fantasías, realidades
con cuestiones ordinarias y habituales.
Tener alma de poeta es ver,
con los ojos cerrados,
cosas concretas.
El corazón se ensancha para recibir
todo lo que fluye por sus venas,
en un torrente infinito de pasión,
todo lo sentido explota en emoción.
Parece por unos instantes
como si hubiera desaparecido
nuestro cuerpo físico
y solo tuviéramos mundo interior.
Si cierro los ojos y solo
escucho los sonidos me tele transporto
a la esencia de lo oído,
entro en la escena mentalmente
como si contemplara un cuadro
o disfrutara de una obra de teatro.
El tiempo se esfuma,
pierdo su consciencia,
el reloj se para,
detiene la escena.
Después, lentamente,
vuelve la consciencia
y aterrizo felizmente.