Las Palmas de Gran Canaria a 08 de marzo de 2024
Querida Ana:
Hace tiempo ya que no te escribo. Recibí tu carta hace tres semanas y me he demorado mucho en ponerme en contacto. Discúlpame por ello, ya sabes cómo es el tiempo, que se escapa por cualquier rendija, lo mismo que ocurre con la arena rubia huyendo entre los dedos.
Espero que te hayas recuperado de tu gripe, y que estés ilusionada con tu vuelta a las islas para el próximo mes de junio.
Aquí parece que ya llegó el verano, unos días estupendos, llenos de sol y de buen tiempo, pero de repente parece que vuelve a llegar algo de frío, y otra vez a ponerse la rebequita. Hoy mismo usé la que me regalaste el invierno pasado, esa color crema, con las trenzas, que tanto me gusta. Me recuerda nuestra infancia, con los jerséis que nos hacían nuestras madres. Cuando una creaba uno nuevo, la otra lo copiaba, hasta se compraban el hilo una a la otra. Qué gratos recuerdos; es lo que hoy llamamos “sororidad” y en esa época la palabra esa, seguro que ni existía. Es maravilloso cuando las mujeres nos ayudamos y nos apoyamos unas a otras con la finalidad de conseguir la igualdad, la fuerza, las ganas, “empoderarnos” como se dice ahora…
Ya casi nadie se reúne a hacer punto, ni ganchillo, ni a “chismear”, al menos eso parece, pero sí que están cada uno en su casa “chimiando” a través del WhatsApp. Qué triste, cada día vamos perdiendo lo bueno que teníamos, como el jugar, enfadarnos, volver a llevarnos bien… Eso de guardar las formas o pelearnos “para siempre” como se usa ahora, era antes impensable.
Menos mal que tú y yo siempre hemos sido buenas amigas, y lo seguiremos siempre a pesar de los pesares, de que alguna vez nos haya gustado el mismo chico, ja, ja, ja, como aquella vez en el instituto, ambas colgadas de Carmelo, pendiente de sus idas y venidas al colegio, de dónde se iba el fin de semana, de qué camisa o perfume llevaba… soñando con los rizos de sus cabellos, hasta que le vimos besándose con Carmenza, ¿recuerdas? Quizás nunca nos fue muy bien en el amor, aunque pensándolo mejor, quizás sí, porque luego le puso los cuernos con Patricia, ella tan moderna… ja, ja, ja. Cuánto nos alegramos de no ser ninguna de nosotras dos, la “cornuda”. Ahí fue cuando te pegaste el golpe de “no querer ser vikinga”, recordando la serie de Vicky, el vikingo…
De momento, la única novedad que tengo para contarte es que estoy preparando para irme al sur de la isla unos días en el puente de Primero de Mayo, ¿te atreverías a venir unos días, o tendré que esperar a junio para volver a verte?
Quedo a la espera de tu respuesta y con unas ganas enormes de volver a abrazarte.
Tu siempre amiga,
Irene Bulio