Unas palabras que viajan al interior, a lo más profundo de los pensamientos, para no hablar,
para no decir, para que las palabras no viajen, por oscuros senderos al salir desbocadas con
hirientes verbos. Callar, controlar el deseo de herir y guardar silencio.
Un silencio no querido, pero necesario en algunos momentos del camino por el que transita mi
cerebro. Puede ser que sea el miedo, o puede ser que sea para no generar daño innecesario
en el exterior, en uno mismo o en los seres más queridos…. ¿Se es por ello indigno? ¿Se es por
ello falso o no sincero?…
Muchas veces el silencio nos hace cómplices, es cierto… pero otras veces el silencio es una
gran medicina. ¿Cómo saberlo? Ahí reside el entendimiento. Ahí está la sabiduría. ¿Cómo se
adquiere? Escribiendo cartas sin dirección; aprendiendo a observar cada paso del camino;
aprendiendo a medir las consecuencias de las palabras pronunciadas o pensadas; a reconocer
cada uno de los sentimientos, cada una de las emociones cuando dejamos que sean ellas las
que hablen por nosotros, que también somos, pero que no dicen lo que de verdad queremos.
¿O sí? Qué poder el silencio guarda, que nos convierte en seres… ¿Indefensos? ¿Permisivos?
¿Sufrientes? ¿Enigmáticos? ¿Tímidos? ¿Prudentes…?
¿Somos palabras, somos silencios, somos altavoces, somos receptores o emisores de sonidos
vivientes?
¿Dónde se guarda el tesoro de lo que puede ser Justo o adecuado en cada momento?
Entonces surgen respuestas o dudas convertidas en versos:
LLUVIA DE LETRAS
DÍAS NUBLADOS
LETRAS DE LLUVIA
Quieres escribir sentimientos,
sensaciones,
pensamientos alocados,
que se escurren
en el cerebro,
buscando razones,
elucubrando motivos y…
…tus dedos no te dejan
escribir nada…
las palabras que quieres expresar
se escapan, se esconden,
no aparecen, se ríen, se burlan…
y tu alma se queda desangelada
frustrada, por no poder decir,
por no poder comunicar,
por no “poemar”,
y te dices a ti mismo
¿dónde mi Musa está?
¿Por qué vericuetos se esfumó?
¿Cuándo la dejé escapar?
Y sientes cómo tu corazón se nubla,
cómo la niebla te abraza,
cómo la lluvia las letras empapa
hasta desaparecer en medio del agua.
Te sientes en medio de un día nublado
donde el sol se oculta tras las negras nubes
que lo acompañan.
Con dolor cierras los ojos y entonces sabes,
adivinas, sientes, esperas, confías
porque en el fondo de ti
experimentas que el amanecer está cerca
y que un día de sol
siempre aparece tras la niebla.
Pero… ¿Cuántos días le quedan aún
a esta densa niebla en desaparecer.?
¿Hasta cuándo estas letras de lluvia
se hundirán en mi alma de agua
y no navegarán para buscar mi musa amada?
¿Mañana será el día que al despertar al alba
el sol se verá reflejado en el mar de las calmas?
¿Son estas letras reflejo del velero que las labra?